martes, 17 de abril de 2012

¿Quién se quedará con El Grito?

La subastas de arte están a la orden del día y cuando sale a la venta una obra paradigmática se conmocionan los mercados y, sobre todo, los medios de comunicación


¿Alguien se ha preguntado que pasaría si el Museo el Prado resolviera vender Las Meninas o el Louvre La Gioconda? Desde luego surgirían compradores y acaso los nuevos museos el mundo, por ejemplo el de Dubaí o el de algún hotelero de Las Vegas, pujarían enloquecidos para tratar de hacerse a esas piezas únicas e irrepetibles. ¿Cuanto valdría El almuerzo en la hierba o El nacimiento e venus? Acaso no tienen precio y cualquier aproximación al tema puede ser eso, una simple aprroximación. Pues bien, es posible que una suerte de terremoto en el interés de los grandes compradores de arte tenga lugar el próximo 2 de mayo cuando, en la casa de subastas Sotheby de Nueva York, se inicie la puja por el Grito de Edward Munch obra por la cual se espera obtener al menos 80 millones de dólares, pero que puede superar dicha cifra.

Por supuesto que este Grito no es único en vista de que Munch pintó 4 versiones de la obra, de las cuales tres se encuentran en museos noruegos y hacen parte del patrimonio cultural del país. No obstante, al estar en manos privadas puesto que pertenecía a la familia Olsen de armadores de barcos noruegos, esta versión era la única que podía llegar salir a subasta algún día y, a estas alturas, debe de estar ya a buen recaudo en la bodega de la prestigiosa entidad neoyorquina esperando la hora del remate. Desde luego que también a esta hora las chequeras de los posibles compradores deben estar alistandose para tratar de adquirir un auténtico tesoro del arte el siglo xx que, como pocos trabajos, sintetiza el expresionismo tan ausente en algunas de las más importantes pinacotecas de la tierra.

Cabe preguntarse, entonces, si alguno de los museos más notables el mundo entrarán en la subasta para completar sus colecciones con la obra maestra. Es casi seguro que no será asi por varios motivos: en primer lugar porque esas instituciones, a pesar de contar con recursos y de tener presupuestos muy jugosos de funcionamiento no disponen, por lo general, de cifras para adquisiciones que no guarden relación con los patrimonios de sus propios paises, que tienen la obligación de proteger a toda costa. En segundo lugar porque en época de crisis, cuando es peciso apretarse el cinturón, no parece muy probable que  instituciones estatales, puesto que la mayoría lo son, rasguen las vestiduras y los presupuestos para competir en subastas de esta naturaleza.

¿Quién será entonces el comprador de semejante pieza? Difícil intuirlo aunque quepa la especulación: podría ser, y parece muy probable, cualquier museo de esos parvenues que tratan , a toda costa, de constituirse, en las más exóticas regiones del globo, en reales atracciones turísticas para darle cierto relieve cultural a ostentosas ciudades recién construidas, como Dubai por ejemplo. También puede ocurrir que el cuadro, de hasta cierto punto pequeñas dimensiones, termine colgado en la sala de juntas de alguna multinacional , auque eso parece  menos claro en vista de que tanbien cuenta lo de la crisis, o incluso presidiendo cocteles en la sala de algún magnate del Golfo Pérsico en un recóndito y fabuloso pent house en algún lugar del globo. También puede llegar a un apartamento en Tokio o, incluso, a un piso con vista al Central Park,o a una casa de Beverly Hills amenizando los atardececeres de algún millonariodel mundo de la alta tecnología.

Parece muy difícil, casi imposible, que la pieza sea adquirida por ninguna colección pública latinoamericana o aún por un rico del continente. Africa ni siquiera cuenta en esto de las subastas y Oceanía tampoco parece ser un destino posible. En lo que se refiere a estos últimos tres continentes, "de esto no comeran las criadas", como decía alguna señora bogotana de campanillas cuando encerraba bajo llave algún manjar. Aún parece improbable que los europeos logren retener la pieza por las circunstancias económicas; lo más seguro, en todo caso, es que a El Grito le esperen otras latitudes...

1 comentario:

  1. Fernando, me encanta saber que todo les ha salido de maravilla en el viaje, con respecto al Grito, te comento que se acaba de rematar en Sotheby`s en 91 millònes de Euros, 120 millònes dòlares el precio màs alto alcanzado por una obra de arte.
    Les mando muchos besos y mi cariño
    Paula

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